El efecto Nocebo es lo contrario del efecto Placebo

Todos los días los medios de comunicación alertan sobre sustancias que son supuestamente peligrosos para la salud. Esta ingente información está haciendo que algunas personas, más sugestionables que otras, puedan creer que tienen síntomas de una enfermedad, aunque no hay ninguna razón objetiva para ello. Esta es la conclusión de un estudio sobre el fenómeno conocido como hipersensibilidad electromagnética.

Algunas de estas personas tiene síntomas físicos relacionados con la exposición a las ondas electromagnéticas, como las emitidas por los teléfonos móviles. Gracias a las imágenes de resonancia magnética se ha demostrado que las regiones del cerebro responsables del procesamiento del dolor sí están activas. «A pesar de ello, hay evidencias considerables que sugieren que hipersensibilidad electromagnética, en realidad, podría ser el resultado del llamado efecto nocebo» , explica Michael Witthöft, de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (Alemania), y autor de este estudio.

En su opinión, «la mera anticipación de una posible lesión puede desencadenar el dolor o trastornos. Es decir, justo lo contrario de los efectos analgésicos que pueden estar asociados con los placebos». De alguna manera sería el lado oscuro del efecto placebo, nocebo, que provoca el empeoramiento de los síntomas de una enfermedad por la expectativa de posibles consecuencias negativas.

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El efecto placebo se ha comprobado científicamente en multitud de estudios científicos. Lo que también parece que está demostrado es que su contrario, el efecto nocebo, también existe.

Al igual que sucede con el efecto placebo, el efecto nocebo tiene más impacto en unas personas que en otras. Las personas sensibles al efecto nocebo padecen síntomas de enfermedades por el mero hecho de escuchar en los medios de comunicación los riesgos de padecer esas enfermedades.

El caso del impacto de la telefonía móvil y de las redes wifi en la salud es un claro ejemplo. Hay numerosos estudios científicos que indican que la exposición a las radiaciones de las redes wifi no afectan negativamente a nuestra salud.

Sin embargo, hay muchas personas que padecen hipersensibilidad electromagnética. Este problema podría parecer imaginario, pero las personas que lo padecen tienen claros síntomas como mareos, dolor de cabeza, malestar general, etc.

En el estudio llevado a cabo por el señor Witthöft, se dividió a 147 personas en dos grupos. A un grupo se le invitó a ver un documental sobre el impacto sobre la salud de las radiaciones electromagnéticas de móviles y redes wifi, mientras que al otro grupo se le mostró un documental sobre la seguridad de los datos en Internet.

El resultado fue muy impactante. Al pedir al primer grupo que pulsaran un botón que activaría una red wifi de alta potencia, se comprobó que la mayoría de los integrantes de dicho grupo comenzaron a tener sensaciones físicas concretas, como hormigueo en manos y pies, ansiedad, agitación, etc.

Lo que no sabían estas personas es que al pulsar el botón del wifi no sucedía nada. Absolutamente nada. Fue la mente de las personas la que provocó los síntomas en la creencia de que estaban siendo expuestos a radiaciones electromagnéticas potentes.

Este estudio es realmente interesante, porque demuestra que tanto en sentido positivo (efecto placebo) como en sentido negativo (efecto nocebo) las ideas que implantamos en nuestra mente tienen en muchos casos efectos físicos concretos, que utilizados en nuestro beneficio, pueden ayudar a mejorar nuestra salud.

Seguramente muchos de los casos de curaciones milagrosas que se producen constantemente en los hospitales de todo el mundo, puedan tener mucho que ver con las creencias de las personas que las experimentan.

Del mismo modo, las personas hipocondríacas siempre están enfermas, pues implantan en su mente toda clase de pensamientos negativos acerca del deterioro de su salud. No cabe duda de que la mente tiene poderes sobre nuestro cuerpo que aún no han sido completamente desvelados, ya que no sólo afecta a nuestra salud, sino que incluso afecta a nuestro proceso de envejecimiento.

Aunque no estamos hablando de religión, nos viene a la mente aquella frase que según la Biblia dijo Jesús: «si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a esa montaña échate a un lado, y la montaña lo haría». El que tenga oídos para oir, que oiga.


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