¿El Machu Picchu tiene dueño?

Si creíamos que no podíamos ponerle barreras al campo, como dicen nuestras abuelas, y que los bienes de naturaleza son de propiedad universal y no tienen dueño, estábamos bien equivocados. Y es que ahora resulta que, al cabo de muchos, muchos años, creyéndonos poseedores de un tesoro místico y mágico, resulta que no es nuestro ni mucho menos. El Machu Picchu tiene dueño. O más bien dueñas. Dos hermanas aseguran que este antiguo y venerado poblado andino es suyo, porque su bisabuelo compró las tierras antes de que el lugar se hiciera popular. Por supuesto, las herederas ya han reclamado lo suyo.

Las pruebas que aportan las hermanas Roxana y Gloria Abrill es un documento de unas escrituras de 1905 en la que se acredita a su bisabuelo como dueño de las tierras y un libro de 1916 en el que un escritor le agradece la entrada a las tierras.

Así que ahora quieren comenzar una batalla legal por el hecho de tener que pagar entrada para visitar unas tierras que ellas consideran suyas. La cantidad exigida al gobierno peruano es de 100 millones de dólares, cantidad que los dirigentes de Perú ya han dicho que no tienen intención alguna de pagar.

Fuente: Antena3

Aquí el que no corre vuela. Espanta el grado de egoísmo que destaca frente a la ola de humanidad solidaria en que se ha dividido la sociedad. Si asistimos a auténticos espectáculos de proezas solidarias donde la gente más humilde comparte aquéllo que tiene, -normalmente  poco-, con su prójimo, también hemos de presenciar, por el contrario auténticas locuras como estas donde reina el egoísmo, y aún peor, el egocentrismo más absoluto.

Siempre odié  a las personas prepotentes. Uno puede tener muchos defectos, pero precisamente ese lo que denota es una falta de humanidad escalofriante. Cierto es que en la vida, y tal y como se mueve el mundo, hay que tener fortaleza y hacer acopio de un poco de autoprotección, salvaguarda e interés propio. Pero de ahí a convertirte en adalid de la avaricia más trágica hay un trecho. Un trecho que estas dos hermanas han decidido saltarse.

Ahora resulta que el Machu Picchu, la joya peruana, lugar de peregrinación de muchos historiadores, escritores y románticos en general, va a ser objeto de un litigio. Las supuestas propietarias, -que dicho sea de paso, aportan documentos y todo-, exigen al Gobierno una indemnización por los daños que le causa el lucro que el país está obteniendo con su patrimonio cuando a ellas, al parecer, les cobran por visitarlo.

Más de uno que esté leyendo esta noticia lo verá lógico, lo sé. Tal vez es que yo no me he puesto en situación. Pero atención porque la fiebre posesiva amenaza con extenderse. Hace cosa de un año ya salió una española diciendo que era la dueña del sol. Ahora estas señoritas alegan ser las propietarias del Machu Picchu. A este paso cualquier día sale alguien diciendo que el dueño de Dios. ¿O no ha salido ya? Raro, raro, raro.


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