No se sabe si es un truco, aunque más vale que lo sea. Pero ni el mismísimo David Copperfield ha sido capaz de superar semejante proeza. Hemos visto a magos hacer de todo, a ilusionistas acertar el número ganador de un premio gordo, como en el caso del español Anthony Blake, y a Uri Geller, hace años, hipnotizando a todos los televidentes mostrándonos cómo todos y cada uno de nosotros, según decía, éramos capaz de doblar una cuchara con la mente. En Estados Unidos, Criss Angel, ha mostrado partidos por la mitad  a los transeúntes de un parque.

El caso es que tras acostarlos en un banco encarga a cuatro personas que tiren de ellos para, tras quedar separados los cuerpos a la altura del tronco, carga con las mitades intercambiándolas posteriormente ante el pánico de los presentes.

Tras la hazaña, el mago se va tan campante dejando a sus «víctimas» con sus partes inferiores cambiadas. Los presentes perjuran que todo fue real, que ellos no estaban comprados ni muchos menos, y que todo lo sucedido «es muy exraño»

Fuente: Elsolonline

Nos partimos de risa, nos parten el alma a pedazos, nos rompen el corazón, y hasta se nos parte la vida en dos muchas veces a lo largo de nuestra existencia. Sin embargo, aunque no sea la primera vez que asistimos a un espectáculo donde un mago parte a personas, aparentemente inocentes y los muestra partidos por la mitad, sí que al menos nunca los habíamos visto hacerlo en pleno parque. Sabemos que toda magia tiene truco, pero, quienes asistieron a este hecho insólito dice que están aterrorizados.

¿Será para tanto? Yo a estas alturas no me fío ni un pelo de nadie, y menos aún de la red. Por supuesto, el vídeo ya es un fenómeno de masas en la internet. Ciertamente, no sería capaz de identificar el fraude, aunque sin duda debe haberlo. Arte, magia, ilusionismo, llámenle como quieran, pero su truco ha de tenerlo.  Por supuesto, que estas afirmaciones no le restan mérito a Criss Angel, ni mucho menos. Todos nos movemos por la vida  a base de trucos.Y bien merece el reconocimiento quien tiene el ingenio de dejarnos con la boca abierta.

Los afortunados, y asustados asistentes al espectáculo público, aseguran que ellos no están comprados y que lo que vieron, lo vieron sus ojos de verdad. No se explican cómo pero lo cierto es que ellos estaban allí, y no lograron ver fraude alguno de por medio. Por el momento, de esas dos víctimas inocentes a las que el mago mostró partidos por la mitad, e intercambiando los cuerpos, nada se sabe. Todo timador se mueve gracias a sus ganchos. Y es sumamente sospechoso que esas dos personas no hayan salido a la palestra si, ciertamente, fueron protagonistas de un hecho como aquél. En este caso, lo de timador, no va con segundas ni con malas intenciones. ¡Chapeaù, Criss Angel!

Ahora cabe preguntarse si podría repetir el truco pero esta vez duplicando billetes y puestos de trabajo.


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