Sonambulismo: realidades y mitos

El mundo de los sueños siempre ha fascinado al hombre. Nadie sabe a dónde vamos cuando dormimos, y si es verdad que existe un estado de semiconsciencia, algunos  amantes de la parapsicología apuntan a que es posible incluso viajar  a otras partes del mundo, y hasta disponer de habilidades que no poseemos durante la vigilia. Tampoco falta quienes han creído que abandonarse al sueño, es decir, dormir, es cada noche un ensayo de nuestra propia muerte. Con estas ideas no es extraño que el sonambulismo nos provoque cierto respeto, o incluso temor. ¿Cómo hay que actuar ante un sonámbulo?

Y no soy la única: uno de cada cinco niños camina dormido con regularidad y al menos un 40% lo ha hecho al menos una vez. A medida que crecemos eso ocurre con menos frecuencia, pero entre el 1% y el 2,5% de adultos aún lo hace.

Algunos sonámbulos imaginan que están escapando de algo que los asusta. Otros inspeccionan meticulosamente armarios y cajones buscando alguna cosa.

Despertar a un sonámbulo no le provocará un ataque al corazón ni lo pondrá en coma, pero lo mejor que uno puede hacer es tratar de no despertarlo y llevarlo cuidadosamente a la cama para que no se lastime.

Fuente: BBC

Confieso que de pequeña fuí sonámbula. Me duró una etapa, y no era extraño que me ocurriera porque ya lo llevaba en los genes. Mi abuela también lo fue. En mi caso, me levantaba de la cama, y me sentaba en la cama a dormir dando cabezadas. Mi abuela sin embargo, sacó más provecho de su sonambulismo, ya que ella se iba a la cocina y se ponía a lavar los platos.

En realidad, los médicos lo reconocen, uno de cada cinco niños camina dormido habitualmente, y un cuarenta por ciento lo ha hecho alguna vez en su vida. Y los adultos tampoco se libran, ya que un 1 por ciento todavía es sonámbulo. Y aunque no se sepa porqué razón se produce el sonambulismo, a fin de cuentas estamos dormidos, y sí que al menos científicamente, se conoce los estados del cerebro durante las fases del sueño.

Aunque en su estado, los sonámbulos se asimilen a los zombies de las películas más escalofriantes, no hay nada que temer, ni por nosotros, ni tampoco por ellos, siempre y cuando controlemos que la persona sonámbula no podrá hacerse daño. Esto es, para evitar que salga a la calle, un truco es poner las llaves en agua, así al mojarse la persona despertará.

Si nos topamos con un sonámbulo, la regla es común: acompañarle sin molestarle, ni tampoco actuar bruscamente, y es que si la persona despierta repentinamente, podrá sentirse desorientada. Y no es nada grave, pero tampoco plato de buen gusto. ¿O tú disfrutas cuando el despertador te saca de un sueño profundo? Con cuidado, acompañar al sonámbulo hacia su cama.


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