Stormfly es una pulsera que permite llevar en la muñeca un ordenador con sistema operativo y datos

Cada vez son más los abalorios que incorporan algún tipo de funcionalidad tecnológica. Creíamos que lo habíamos visto todo, pero la tecnología nunca dejará de asombrarnos. La sorpresa llega esta vez de la mano de StormFly, una simple pulsera de silicona que en su interior guarda todo un sistema operativo, cuya principal propiedad es ‘poseer’ -como si se tratase de un espíritu demoníaco, pero ‘en bueno’- un ordenador.

El objetivo de este invento español es que el usuario pueda llevar su propio terminal en la muñeca, para enchufarse a cualquier ordenador del mundo (PC oMac) cuando quiera, con privacidad y sin injerencias en el equipo ‘local’, que sólo presta su carcasa al sistema.

En un principio, se pensó que el producto encontraría su público en los entornos profesionales, pero con el tiempo esta pulsera ha encontrado su ‘target’ principal en los niños.

La campaña ‘crowdfunding’ que los creadores iniciaron en Kickstarter finaliza este domingo, 3 de marzo. Los microinversores han aportado ya 90.000 dólares, capital en su mayoría (90%) procedente de Estados Unidos. Para cumplir el objetivo, sólo faltan 10.000.

Especialmente enfocada a los niños

“Comenzamos diseñando el dispositivo para empresas, pero cuando se lo contábamos a nuestros amigos y familiares nos preguntaban por qué no lo hacíamos para usuarios particulares. Entonces, decidimos dirigirlo a los niños”, explica Maye Mac-Swiney, directora de marketing de Now Computing, la ‘startup’ barcelonesa a quien corresponde la autoría del invento.

“Porque a un niño de 8 o 10 años no siempre se le puede dar un portátil. Además, es caro. Si en una familia hay tres hijos, prácticamente necesitas 2.500 €. Con esta pulsera es como si cada uno tuviese su propio portátil y además se puede aprovechar la estructura informática de la casa, por ejemplo si hay un PC”, apunta Mac-Swiney.

“Además, los padres pueden quitarse el dolor de cabeza de que los niños les llenen el ordenador de juegos o de que puedan descargarse algún virus, borren archivos o cambien configuraciones importantes”, añade.

Imposible de hackear

Tradicionalmente, las memorias USB sólo permitían guardar archivos, pero la novedad que incorpora StormFly (USB 3.0) es la posibilidad de albergar un sistema operativo, en este caso Ubuntu, de tal forma que los usuarios podrán instalar en la pulsera cualquier tipo de programa compatible.

Su funcionamiento es sencillo. Cuando se enchufa en cualquier ordenador y lo reiniciamos, StormFly se activa. El sistema operativo ‘local’ jamás llega a arrancarse, de tal manera que el usuario utiliza el ‘hardware’ del equipo pero en ningún momento el ‘software’.

En cuanto a su seguridad, “si alguien perdiese la pulsera, el dispositivo está cifrado, y es prácticamente imposible ‘hackearlo’. Además, ofrecemos un sistema privado de almacenamiento en la nube para que el usuario pueda recuperar todo su contenido”, señala Mac-Swiney.

“Y si alguien le preocupa trabajar con datos confidenciales en un ordenador que no es el suyo, por ejemplo en un hotel, con la pulsera no se queda ningún tipo de rastro o historial, ni ‘cookies’; en realidad el PC ni siquiera llega a encenderse”.

El precio de salida al mercado de StormFly rondará los 59 dolares para el dispositivo de 16Gb y los 79 dolares para el de 32Gb de almacenamiento. La ‘startup’ Now Computing espera cerrar una ronda de financiación en marzo, donde el capital privado americano puede jugar un papel importante para dar alas al proyecto.

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La idea de Stormfly nos parece interesante. A qué padre o madre no le ha pasado que le han dejado al hijo trastear en el ordenador y el PC ya no volvió a ser el mismo.

Lo que no nos convence mucho es el hecho de que el sistema operativo instalado en el pen-drive sea Ubuntu. Aunque esta versión de Linux está bastante extendida y tiene un interfaz de usuario razonablemente amigable, los niños en los colegios están trabajando desde los 10 años con Netbooks y Windows.

Cuando los niños arranquen Stormfly y vean que el sistema operativo es diferente tendrán una extraña sensación. Si el sistema operativo fuese Windows pensamos que el éxito estaría garantizado.

Como todo en la vida y sobre todo en la tecnología, el mercado será el que dictará sentencia sobre si el producto es adoptado mayoritariamente o si no deja de ser una anécdota tecnológica.

 

 


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