Un asteroide de unos tres kilómetros de diámetro visitará la Tierra el 31 de Mayo de 2013

La NASA estudia el asteroide 1998 QE2, de unos tres kilómetros de diámetro, que se está acercando a la Tierra. Aunque la distancia más cercana a la que se va a situar esta roca en relación a la Tierra -el próximo 31 de mayo- será de casi seis millones de kilómetros, sus características son tan significativas como para que los científicos hayan decidido prestarle atención.

Los astrónomos han planeado, entre el 30 de mayo y 9 de junio, una extensa campaña de observaciones y para ello cuentan con una antena de 70 metros de ancho en Goldstone (California) y el Observatorio de Arecibo (Puerto Rico). Los dos telescopios trabajarán bajo un sistema de imágenes complementarias.

«El asteroide será un objetivo en las imágenes de radar de (los observatorios) Goldstone y Arecibo y se espera obtener una serie de imágenes de alta resolución que podrían revelar una gran cantidad de características de su superficie», ha comunicado el astrónomo especialista en radar, Lanza Benner, del Centro Propulsión a Chorro de la NASA (JPL).

Benner ha explicado que «siempre que un asteroide se acerca a esta estrecha conjunción, proporciona una importante oportunidad científica para estudiarlo en detalle, para entender su tamaño, forma, rotación, características de la superficie, y los que pueden, dicen algo acerca de su origen».

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Hay miles de astrónomos de todo el mundo dedicados a analizar los cometas y asteroides que circulan por el Sistema Solar, no sólo con la intención de analizar sus características, sino para pervenir posibles colisiones con la Tierra.

El asteroide 1998 QE2 pasará a seis millones de kilómetros de la Tierra. Aunque parece una distancia muy grande, en términos astronómicos es una distancia mínima. Cualquier desviación en la trayectoria del asteroide, provocada por la gravedad de algún gran objeto, como por ejemplo Júpiter, podría desviar su trayectoria y convertirlo en una seria amenaza para la vida en nuestro planeta.

La ciencia tiene conocimiento de que la Tierra ha recibido millones de impactos de objetos celestes de todos los tamaños durante millones de años, pero algunos de los más recientes han provocado extinciones en masa, como el que impactó en el golfo de México hace 65 millones de años y que provocó la extinción de gran parte de los seres vivos de la Tierra, entre ellos, la extinción casi completa de los dinosaurios.

El asteroide que acabó con los dinosaurios tenía unos doce kilómetros de diámetro, pero el asteriode que nos visitará a finales de Mayo, aunque sólo tiene unos tres kilómetros, podría causar un auténtico caos en la Tierra si impactara directamente contra nuestro planeta. No sólo por los daños directos que provocaría en la zona del impacto, sino por los materiales que esparciría por la atmósfera, que ocultarían la luz del Sol durante mucho tiempo y provocaría la muerte de plantas, animales y personas.

Aunque los científicos escrutan continuamente el espacio en busca de posibles amenazas para la Tierra, de vez en cuando entran en el Sistema Solar objetos procedentes del espacio profundo, o incluso objetos que se encuentran en el cinturón de asteroides o en el cinturón de Kuiper y que al colisionar con otros objetos, cambian su trayectoria, convirtiéndose en posibles amenazas para nuestro planeta.

Por esta razón, la NASA estudia desde hace algunos años la forma de interceptar un asteroide en rumbo de colisión con la Tierra. Incluso Hollywood se ha hecho eco de este problema en varias películas recientes. Esperemos que la ciencia real sea más eficiente que la ciencia ficción y se consiga la tecnología necesaria para desviar de su trayectoria cualquier objeto que pueda amenazar la vida en la Tierra.


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