Whatsapp no quiere poner publicidad a su aplicación, siempre será de pago

No hay carritos con comida, ni bebidas de colores. Tampoco clases de yoga. Ni masajes. Solo una mesita con algunos aperitivos a la entrada. A diferencia de muchas oficinas en el valle del silicio, junto a la bahía de San Francisco, no hay sitio para presumir. Los fundadores se colocan en las mismas mesas que sus empleados, rodeados de grafitis, en una de ellas está el logo de la empresa: WhatsApp, pero desde la calle esto no se advierte. De hecho, aunque se tenga la dirección, fuera solo aparece una empresa de fundas para aparatos de Apple en Mountain View. Están en el corazón del valle, cerca de Cisco, Google y Facebook.

Más de 200 millones de usuarios son su aval. Brian Acton (Estados Unidos, 1972) y Jan Koum (Ucrania, 1976) se alejan mucho de los típicos emprendedores de la zona. Ya no son unos jovencitos alocados. Su máxima es prescindir de lo accesorio. Su aplicación WhatsApp, nacida en 2009, ha mandado los SMS al cementerio. Cada día, 40 personas gestionan el envío de 9.000 millones de mensajes y la recepción de 15.000 millones.

Koum tuvo la idea. Acton se unió al equipo poco después. En febrero de 2009 se lanzó la primera versión. Entonces era solo un programa de iPhone para avisar a alguien de que en ese momento no podía hablar por teléfono y se enviaba un mensaje prefabricado: “No me llames”, “Estoy durmiendo”, “Estoy en el trabajo”… Vieron su potencial y cambiaron de rumbo.

Durante ese verano se centraron en convertirlo en un servicio de mensajes muy parecido al actual. Fue entonces cuando Acton, dejó su trabajo en Yahoo! y se sumó al equipo, no solo como empleado, también como inversor. El equipo se amplió a cinco, a la vez que empezaron a cobrar 79 céntimos de euro por la aplicación.

A comienzos de 2010 dieron un paso más: llegaron a los teléfonos Nokia y Android. Entonces alcanzaron los 10 trabajadores. Cuando doblaron la cifra, a comienzos de 2011, se estrenaron en Blackberry.

Fuente: elpais.com

Whatsapp ha declarado desde el principio que no quieren presentar publicidad en su aplicación, por lo que no les queda más remedio que cobrar a sus usuarios.

Para aumentar su base de clientes, permiten a quien instala su aplicación utilizarla sin problemas durante un año, pero pasado ese plazo, la app presenta un aviso de que la suscripción gratuita está a punto de caducar y que para seguir usando Whatsapp hay que pagar. A pesar del aviso, la aplicación se podía seguir utilizando unos cuantos meses más sin tener que realizar ningún pago.

Las empresas tienen que vivir de algo. Nadie da nada a cambio de nada. En el caso de Whatsapp, sus inversores hicieron llegar a la empresa su inquietud porque su modelo de negocio no estaba generando ingresos suficientes, por lo que Whatsapp decidió comenzar a cobrar a los usuarios cuya suscripción estaba caducada.

LINE gana terreno a WhatsappA raíz de esta decisión se creó un clamor popular en Internet contra Whatsapp, hecho que aprovechó LINE, empresa japonesa y principal competidora en la mensajería online de la empresa americana, a la que comenzó a ganar terreno rápidamente.

Whatsapp reaccionó, y echó marcha atrás en su intento de cobrar por la fuerza, para no perder clientes. Ahora lo que hace es presentar frecuentemente un mensaje indicando que hay que pagar para seguir usando Whatsapp, pero permite dar a un botón que dice «Pagar Más tarde», con lo cual los usuarios pueden seguir utilizando la aplicación.

Es curioso que no quieran presentar publicidad, que consideran invasiva, y sin embargo presenten continuamente un desagradable aviso de que para usar la aplicación hay que pagar.

Curioso es también el caso de Facebook, que recientemente hizo correr rumores sobre el hecho de que pensaba cobrar a los usuarios para que no apareciera publicidad en sus muros de esta red social. Seguro que si lo hace perderán millones de usuarios en muy poco tiempo.

Mucho nos tememos que competidores como LINE ganarán terreno día a día a una aplicación que pensamos que ha equivocado el modelo de negocio. Otras muchas aplicaciones tienen versión gratuita con anuncios y versión de pago. Más le valdría a Whatsapp seguir ese modelo para sobrevivir en un mundo donde hay una dura competencia.


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